Carretillas TR aplaude la solidaridad de BYD, un ejemplo empresarial frente al coronavirus

La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto los desafíos de un mundo interconectado, en el que los grandes retos son globales y exigen, por lo tanto, de la implicación y el compromiso de todos. La compañía BYD, especializada en la fabricación de vehículos eléctricos, ha demostrado, en estos últimos meses, en un contexto económico realmente complejo, su compromiso incontestable con el progreso y el bienestar social.

En un momento bastante inicial, a nivel mundial, del brote de coronavirus, condicionado por las carencias de abastecimiento de productos higiénicos en China, BYD decidió abrir una línea de producción específica y se convirtió, durante unas semanas, en el principal productor de mascarillas del mundo. En la planta de Shenzhen se lograron realizar hasta 5 millones de mascarillas al día, así como unas 300.000 botellas de desinfectantes. De este modo, la compañía contribuyó a reforzar la disponibilidad de estos productos, que son básicos para que la población se pueda proteger del virus.

BYD ha enviado ya, desde el mes de febrero, centenares de miles de mascarillas a distintos países europeos. “Con este gran gesto solidario, BYD ha puesto de manifiesto, una vez más, que su mirada es global”, explica el responsable de Servicios de Carretillas TR, Jaume Ballester, empresa distribuidora de la maquinaria de BYD en Cataluña y Andorra.

Desde la llegada de la pandemia a España, Carretillas TR se puso a disposición de sus clientes, como parte de la cadena de suministro, y se preparó para seguir ofreciendo sus servicios con las máximas garantías de seguridad. “La capacidad de adaptación, en situaciones extraordinarias, es fundamental. El ejemplo de BYD, que incluso fue capaz de reorientar parte de su producción, y de desarrollar el proceso de R+D, nos lo muestra, e inspira nuestras acciones. Desde nuestro ámbito, y nuestro alcance, también hemos procurado mantenernos al servicio de las necesidades logísticas de aquellas empresas que trabajan con centros sanitarios y con el sector alimenticio. El momento lo requiere”, concluye Ballester.